como amansar a un gato salvaje

Cómo amansar y domesticar a un gato salvaje

Los felinos son animales que prefieren estar solos y pueden mostrar desconfianza si no están acostumbrados a la interacción con los humanos. Es posible que tengas que domesticar a un gato si lo has adoptado de un refugio o si encontraste un gatito o gato silvestre y deseas que se acostumbre a la vida en casa.

Procedimientos frente a un felino atemorizado

Es esencial actuar de manera favorable en situaciones como esta. Si estás lidiando con un gato agresivo, te aconsejamos que consideres seguir estas pautas para tratar de calmarlo:

  • Trata de mantener la calma y evitar reacciones bruscas.
  • Evita el contacto visual directo y muévete con precaución.
  • Haz uso de juguetes o golosinas para distraerlo y desviar su atención.
  • Proporciona un ambiente seguro y tranquilo para tranquilizarlo.

Sin embargo, si a pesar de seguir estos consejos, aún tienes dificultades para controlar su agresividad, es mejor que acudas a un veterinario especializado. Ellos podrán brindarte orientación sobre cómo calmar a tu gato y así puedan disfrutar plenamente juntos.

Se puede transformar a un felino salvaje en una mascota domesticada

Domar a un gatito salvaje es posible si tiene pocas semanas de vida, pero no es recomendable y casi imposible con gatos adultos. Estos felinos no están acostumbrados al contacto humano y nunca serán tan dóciles como los gatos domesticados.

Es poco probable que un gato salvaje quiera quedarse en una casa, pero con el tiempo puede volverse más confiado y dormir en un lugar menos limitante, como un garaje, un cobertizo o un lavadero accesible. Además, si hace frío, es posible que busque refugio en algún lugar protegido con algo de ropa de cama.

La ventaja de tener un gato salvaje es su habilidad para cazar y su poca necesidad de interacción con humanos. Sin embargo, al decidir alimentarlo, también te haces responsable de cuidarlo y protegerlo de parásitos y enfermedades comunes. Y en caso de necesidad, deberás poder atraparlo, por lo que debes considerar esta situación con detenimiento.

Ganar confianza

Si el gato sigue rondando tu casa, puedes intentar quedarte afuera un tiempo con un poco de alimento y observar si se acerca a ti. Evita tocarlo o hacer movimientos bruscos que puedan asustarlo, y mantén la calma. Es importante intentar ganar su confianza haciéndolo familiar con nuestra presencia para que la asocie con algo positivo. Si el gato nos ve a menudo sin causarle temor, poco a poco irá confiando en nosotros.

Los factores que desencadenan comportamientos agresivos en los gatos

El acto de acariciar puede rápidamente convertirse en una agresión para los gatos. Cuando su propietario llega a casa (que para el gato es su territorio), éste corre hacia él dando señales amigables a través de su lenguaje corporal, como una cola en alto. Sin embargo, al oler las piernas de su dueño y frotarse contra él de cabeza a cola, puede llegar a reaccionar agresivamente cuando éste intenta rodearlo con sus brazos.

Otra situación común que puede generar agresión en los gatos es cuando se miran fijamente. En su idioma, una mirada fija entre dos gatos significa desafío y tensión que puede resultar en una pelea o un escape. Sin embargo, los humanos tendemos a mirarnos fijamente a la cara, una señal de comunicación que puede ser malinterpretada por los gatos como una amenaza.

Incluso la caricia en las zonas sensibles de los gatos, como la cabeza y el lomo, pueden convertirse en una sensación insoportable en cuestión de segundos. Estas áreas del cuerpo contienen una gran cantidad de glándulas generadoras de olor y son extremamente sensibles al tacto y la presión. Si la caricia persiste, el gato puede retirarse y buscar un lugar para descansar. Es importante respetar su espacio y dejar que se marche.

La distinción entre un gato feral y uno callejero

Diferencia entre gatos callejeros y gatos asilvestrados

La principal diferencia entre los gatos callejeros y los gatos asilvestrados radica en su nivel de socialización con los seres humanos. Mientras que los gatos callejeros alguna vez han tenido un hogar y han sido abandonados o separados de sus dueños, los gatos asilvestrados nunca han tenido contacto con los humanos.



Los gatos callejeros pueden estar viviendo actualmente en la calle, pero su experiencia previa de tener un hogar les permite estar más familiarizados con los seres humanos. Por otro lado, los gatos asilvestrados son descendientes de gatos callejeros o de otros gatos asilvestrados, lo que significa que su falta de socialización puede hacerlos animales ariscos e inaccesibles.



Al igual que los gatos callejeros, los gatos asilvestrados también habitan en el exterior, pero su forma de vida es muy diferente. Dependiendo de su personalidad, ambos tipos de gatos pueden ser solitarios o formar parte de una colonia. Además, tienen que buscar su propia comida , ya sea cazando o encontrando comida en los cubos de basura o comederos para mascotas en el exterior.

Consejos para colaborar en la protección de los felinos salvajes

El primer paso para ayudar a los gatos asilvestrados en tu localidad es informándote en la protectora de animales o el refugio para gatos salvajes. Allí recibirás asesoramiento y podrán activar un programa oficial de captura, esterilización y liberación para estos felinos.

El equipo de especialistas de este programa utilizará una jaula con cebo para capturar al gato. Una vez atrapado, lo sedarán para revisar si tiene microchip y si padece alguna enfermedad. Además, se le administrará un tratamiento contra lombrices y pulgas. También se encargarán de esterilizar o castrar al animal para evitar la reproducción descontrolada en la zona. En España, estos gatos esterilizados en colonias suelen tener una pequeña muesca en la oreja para facilitar su identificación.

Por todos los motivos mencionados, es evidente que tratar de domesticar a un gato asilvestrado no es la mejor opción. Si estás buscando un compañero felino, te recomendamos adoptar uno en los refugios y protectoras. Allí encontrarás muchos ejemplares que necesitan un hogar cálido y amoroso. Si deseas obtener orientación sobre cómo y dónde adoptar un gato rescatado, no dudes en consultar nuestra completa guía.

La Personalidad Felina El Comportamiento de un Gato

Un gato es un animal solitario y territorial, cuyo hábitat principal es el hogar que comparte con otros animales y humanos. Sin embargo, no todos los miembros humanos son bienvenidos en su espacio, por lo que pueden ser considerados como "non gratos". Aunque tolera la presencia de otros gatos, siempre existe una tensión jerárquica, ya que los gatos no establecen una jerarquía lineal, como sucede en otros animales.
Esto significa que un gato puede ser dominante en cuanto al acceso a la comida, mientras que otro puede serlo en cuanto a acercarse a su dueño. El establecimiento de esta jerarquía por los recursos suele ser agresivo, ya sea a través de miradas o ataques directos.
Por lo general, a los gatos les encanta dormir y tienen periodos de actividad y juego cortos, que van disminuyendo conforme se hacen mayores. No son como los perros, que buscan constantemente la atención y el cariño de sus dueños. Los gatos solo lo harán en momentos específicos y cuando ellos lo decidan.

Domando la timidez felina Consejos para que tu gato sea más sociable

¡Es esencial entender la conducta natural de un gato! Un gato no se comporta como un perro y, por lo tanto, no se pueden esperar las mismas reacciones de ellos. Además, a pesar de que han convivido con humanos durante miles de años, el gato no ha sido domesticado de la misma manera que el perro. Los gatos son independientes y tienen un fuerte instinto cazador que ha sido seleccionado durante miles de años para cazar ratones, por lo que pueden sobrevivir por sí solos sin depender del dueño.

Antiguamente, solo existían unas pocas razas de gatos y la selección basada en su belleza y comportamiento es algo relativamente nuevo que ha surgido en los últimos 70 años.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que los gatos son territoriales. Marcan y defienden su territorio, por lo que no orinan fuera de su caja de arena para molestar, sino que están marcando y estableciendo los límites de su territorio. Esta conducta puede ser reducida o eliminada, pero nunca debe ser malinterpretada.

Artículos relacionados